martes, 31 de mayo de 2011

Los Cristales Celestiales

Capítulo 3.


Llegaron a un pintoresco y elegante pueblo llamado Gamöstell, cercano a las estepas mágicas. Tendrían que resolver, como en el anterior reino, unas preguntas.

Habían de buscar la tabla herbácea. Para encontrarla tenían que terminar un rompecabezas con forma de hexágono.

Éstos lograron acabar el rompecabezas. De repente, se quebró el suelo y salió una largísima escalera, que llevaba a las mazmorras del templo en el que estaban aventurados, donde se instalaba la gran tabla “preguntadiza”. Durante más de un cuarto de hora estuvieron andando sin parar, hasta que por fin encontraron el pedestal sobre el que se hallaba la tabla. En la tabla estaba inscrito un texto, que decía así:

¡Qué bien! Ya habéis llegado a la segunda prueba. Habrás de constestar estas pronunciables, pero difíciles preguntas. ¿Empezamos? ¿Preparados? ¿Listos? ¡Ya!

La primera dice: Un hombre esta ahorcado en una sala sin nada alrededor, sólo un charco de agua, ¿cómo subió para ahorcarse? La llamo a ésta “la pregunta sabia” o “the clever question”.

Dos, que dice: En una pecera hay 100 peces, y se ahogan 88, ¿cuántos peces quedan? Me gusta esta pregunta. ¡La pregunta tonta!

La última dice: Si 8x es 984, ¿cuánto es 32x?

Esta pregunta es fácil, si sabes de ecuaciones.”


Cuando se iban a ir, tras haber resuelto las cuestiones, surgió del suelo un gran muro punzante. Se veía una nota en la que ponía:

Habéis resuelto las preguntas, mas no puedo dejaros pasar hasta que no batalleis con el héroe de las estepas mágicas... El Gran Señor Magnetito, con el poder de Thor”.

Leyeron y releyeron la nota, e Írello y sus “compis” corrieron sin parar. Los perseguía El Gran Señor Magnetito (“pseudominado” Thor), Írello y compañía, de repente, chocaron contra un muro invisible. Thor estaba muy cerca y se abrió una trampilla en el suelo, y escaparon por ahí.

Llegaron a la sala en la cual estaba una tabla con un puzzle complicadísimo, que habían de resolver y poder conseguir la flor de esmeralda.

El puzzle fue resuelto con gran facilidad por Cromcut e Írello. Cayó de la gran bóveda de la mazmorra una llave para salir de la mazmorra, y a su vez, del templo. Éstos aparecieron en un descampado muy amplio sin nada, sin casas ni árboles.

Fueron hacia donde acababa el horizonte y seguían sin ver nada. No obstante, vieron una casita muy pequeña en una montaña enorme. Corrieron hacia la casa. En ésta vivía un brujita muy agrable y benevolente. Les dio una pista sobre donde se encontraba la preciadísima flor de esmeralda.

La pista que dio esta gran brujita era muy simple: “Amigos míos, la flor-gema que buscáis no se encuentra aquí. Debéis cruzar esta montaña y llegaréis a Laill-Daboun, una enorme ciudad muy muy fría. No obstante, tened mucho cuidado: hay muchas bestias indomables. Estáis advertidos. Así es que... ¡tened muchos cuidado, chavales!”

Marcharon rápidamente hacia la ciudad.

En el trayecto cruzáronse con una bestia llamada 'Oso de Montaña Polar',con fauces enormes y un cuerpo de cuatro metros de largo, y un ancho entre medio metro y un metro. Corrieron para huir de él.

Más tarde, apareciéroseles otra bestia, menos feroz, llamada 'Conejo Gigante de las Nieves'.

Poco después llegaron a Laill-Daboun. Fueron a un edificio bajo. Entraron y subieron a la planta última, la número tres. Un anciano le dio otra pista: “Si bajáis la falda de esta montaña, veréis un pedestal con un punto verde”.

Bajaron velozmente y... allí estaba el pedestal con su objeto verde. Cogieron la flor de esmeralda.

Éstos pensaron que era hora de volver a su reino natal.

Los Cristales Celestiales

Capítulo 2.


Írello y su nueva amiga se dirigieron al reino de fuego, donde las criaturas eran ígneas y astutas, como un zorro. Al llegar a la montaña Ígnita, entrada a este reino, tuvieron que tomar un túnel llamado 'túnel ardiente'. Creían que nada más atravesar el túnel llegarían al reino de fuego, pero en cambio llegaron a una cámara magmática vacía, sin lava, era muy rara. Debían resolver unas preguntas grabadas en la roca, que si fallaban sólo tres, se derrumbaría la sala. Tendrían que resolver las preguntas con cuidado, o sus vidas se verían bajo un peligro inminente. Las preguntas debían de ser resueltas rápidamente, para poder pasar al reino ígneo ya, por fin. Zizzckie se quedó petrificada al leer las preguntas. Írello le dijo a la reina preocupado:

¿Zizzckie? ¿Estás bien? Si estás bien mueve tu mano.

No te preocupes, estoy perfectamente, sólo que tengo un poquito de miedo dijo Zizzckie con faz asustada.

Las preguntas decían: “Primera pregunta, dice así: ¿Cuántos reinos existen en la isla? ¡Cuidado, piensa antes de responder la pregunta!; Segunda pregunta, dice así: Si en el reino celeste viven los unicornios, gnomos, hadas y seres especiales, si en el reino herbáceo viven gran amplitud de plantas apestadas y con perfume bueno. ¿Qué se relacionan entre sí?; Y última pregunta, así: Para responderla debes haber resuelto las anteriores, y cuando las aciertes, prosiga la pregunta número 3, o sea, ésta. Dice la pregunta: Él, gnomo, tú, hada; Yo, orco. ¿Quién es más valiente? ¿Y quién más estúpido? ¿Y el más mentiroso? ¿Y el más malo? ¿Y el más bueno? Cuando la respondas pasarás a la siguiente sala... Está en mantenimiento el cuestionario, por eso es ilegible ...”

Mmm... buenas preguntas... ¿Cuántos reinos existen? Sólo conozco tres reinos, dijo Írello decepcionado.

Írello, los reinos que hay son: reino de fuego, reino herbáceo, reino celeste, reino de agua, reino eléctrico, reino inferno y reino marino. Si no son, ¡a correr! ─le dijo Zizzckie a Írello.

Respuesta... ¡correcta! ─dijo la roca con tomo exclamativo.

¡A por la segunda pregunta! Es difícil... Pues si no me equivoco, es la gran variedad de plantas con buen olor ─dijo la sabia Zizzckie.

Mientras éstos resolvían las preguntas apareció el demonio angelical, héroe en contra de los malvados, como esta roca, que en realidad era un orco. Destruyó la transformación del orco en roca. El demonio se llama Evángel, debido a que era un demonio-ángel, y ev viene del inglés 'evil' y ángel como la propia palabra dice. Éstos se presentaron y le agradecieron la ayuda. Éstos prosiguieron su viaje.

Írello no pudo creérselo, un demonio-ángel (demoniángel) les había salvado la vida. De repente, el rubí hizo su aparación ante ellos, como si de un milagro se tratase.

Cogieron la piedra preciosa, e intentaron salir lo más antes posibles de esa gran cueva tan entrañable. Ahora debían dirigirse hacia el reino herbáceo, donde esperaba la flor de esmeralda a ser recogida.

Anduvieron tanto que Írello se cayó desmayado al suelo, quedándose inmóvil. Zizzckie preocupada lo llevó a una posada en el lugar más remoto del reino. Aquel sitio tenía ninfas, grandes arbustos, hiedras, tulipanes, haditas minúscula, pulgitas, y unos cuantos hierbajos no quitados del suelo, porque había muchísimos problemas por esa zona, unas brujas y unos orcos atacaron la aldea la semana pasada. Para empezar a ayudarles, Írello primero debía recuperarse totalmente y recomponerse de nuevo, hasta que se le pasase el desmayo o insolación.

Mientras, Zizzckie quitó aquellos hierbajos. A los ciudadanos les ayudó a recomponer su aldea, y para que pueda volver a la normalidad. Aunque esa tarea era muy complicada, es más, complicadísima.

Cuando empezó Zizzckie a ayudarles, hizo su aparición un raro animalejo, era un gamusino. Este animal era salvaje, como una fiera; tenía apariencia de gato y conejo. Era el único de su especie por esa zona. Quería que le ayudasen a encontrar a sus familiares, que las brujas y los ogros los hubieron raptado y no tenía información sobre ellos.

Írello se despertó y fue a la aldea a buscar a su amiga hada. Írello vio al gamusino, ¡era su amigo de la infancia, Cromcut! Írello fue corriendo hacia él y se abalanzó sobre el gamusino. Éste dijo feliz y sorprendido:

¡Cromcut, viejo amigo! ¿Te acuerdas de mí, verdad?

¡¿Eh?! ¡Tú! ¡No te conozco! ¿Cómo sabes mi nombre? -dijo Cromcut muy asustado.

Snif... ¡¿No te acuerdas de mí?! Me has decepcionado... -dijo el gnomo muy triste.

¡Que no, hombre! Es una broma, Írello, cómo no te voy a conocer , -dijo el gamusino riéndose de él.

Cromcut, eres igual que siempre. Te recuerdo como cuando éramos pequeños -rió por igual Írello.

¡Oye! ¿Puedo irme con vosotros, a ver si encuentro a mi familia? -preguntó Cromcut.

Mmm... ¡Claro que sí, gamusinito! -dijo Zizzckie contentísima.


El viejo amigo del gnomo se unió a éstos, y siguieron ayudando a los aldeanos. Cuando terminaron, prosiguieron su camino hacia las estepas mágicas, donde se hallaba la misteriosa flor de esmeralda.